miércoles, 22 de agosto de 2012

Capítulo 2: La fiesta


--         Esta coladito por ti- decia Elena.
-         ¿Pero que dices?- contestaba Madge.
-         ¡Katy! Diselo, dile que es verdad.
-         Sabeis que no me gusta opinar, pero... es verdad.- le dije a Madge levantando los hombros.
-         ¿Y si es asi, porque no me ha dicho nada? Se va a la Uni y no creo que nos volvamos a ver más.
-         ¡eso es imposible!- contesté yo. No quería pensar en que el grupo se iria disolviendo, ya que cada uno iria a una universidad y nosotras nos quedaremos aqui, no puede ser, desde primaria que estamos juntos, no puede acabar aqui.
-         Katy, Madge tiene razón, sabes que...
-         ¡CALLA!- dije interrumpiendo a Elena, ya sabia lo que iba a decir- Mirad solo quiero que este verano sea imborrable, por favor, dejemos este tema.
Y así lo hicimos. Fuimos las ultimas en llegar. Yo me pedí un bocadillo de lomo, queso y bacon. Tenia que desahogarme y solo lo conseguiria comiendo. Estuvimos hablando de salir esta noche, ya que mañana con las maletas y eso no podriamos vernos. Tambien me enteré de que Amanda venia con nosotros. No pasa nada, cuantos mas mejor, pero hubiera preferido que no viniera.
Quedamos delante de la discoteca a las 23:00. Peter me acompañó a casa y de golpe me soltó:
-         Ponte guapa- me dijo guiñandome un ojo.
-         ¿A que viene eso, no lo soy de normal?- le dije empujandole.
-         Claro que si, pero si te pones más, estaras mas sexy.- me lo quedé mirando sorprendida cuando dijo:- era broma.
En ese momento me puse colorada y ya no pude mirarlo a la cara. Nunca me habia dicho nada de ese tipo. Si, es verdad, es mi mejor amigo y alguna que otra vez me habia soltado algun piropo, pero hoy, habia sido... diferente y yo no sabia como reacionar. Al llegar a casa le ofrecí bebida, pero no quiso y se fué.
No se porque lo hice, pero, subí a mi habitación como una bala y busqué como loca en mi armario algun vestido que tubiera para ponerme. Pero no encontré ninguno cuando, mi hermano llamó a la puerta.
-         Esto es para ti, de parte de Elena, dice que: De nada- dijo imitando como lo hubiera echo ella.
¡Me salvó la vida! Me havia dejado un vestido turquesa con palabra de honor y unos tacones negros. No me gustaba pasar delante de el espejo y verme de esa manera, pero era lo que tocaba ponerse. Me recogí el pelo en un moño alto y me puse un poco de base y eyeliner. Entonces no me quedaba ningun otro remedio que mirarme, y me ví, como una barbie a la que habian acabado de vestir y que no parecia ella. En ese momento entró mi hermano en el baño ( ya que era compartido).
-         Perdona, no sabia que estabas aqui...- se quedó boquiabierto al verme- estas... muy... te queda mal el vestido- le tiré un jabon de pastilla que esquivó habilmente.- es broma, estas muy guapa.
-         Gracias hermanito- le dijo en tono burlon y sacandole la lengua. Imediatamente me apartó del espejo para poder arreglarse él.
Al bajar me esperaba mi madre.
-         Katherine, ¿eres tu?
-         Claro mamá.
-         Pensaba que eras una de tus amigas.
-         Ya no sabes ni reconocer a tu hija- dije pasando por su lado bruscamente, me habia ofendido su comentario.
-         Perdona, esque, no estoy acostumbrada a verte asi, estas muy guapa.
-         Ya lo sé, se que nunca me has visto a si y probablemente pocas veces lo haras, si no es porque estas encerrada en tu guarida.- me giré para mirarla a la cara.
-         Llevo el libro bien, gracias por preguntar.
-         No te he preguntado.
Llamaron a casa, eran ellos, llame a Matt para que bajase y sin despedirme de mi madre, abrí la puerta y allí estaba Peter. Guapisimo, llevaba su pelo negro rebuelto, pero peinado y sus ojos grises brillaban a la tenue luz del porche, nunca me habia fijado en ellos hasta ahora.
-         ¿Nos vamos, princesa?- dijo ofreciendome su mano.
-         Puedo sola, gracias criado- le dije burlandome de él. Corrí hasta el coche pensando en que me perseguiria, pero no fue asi, se quedo en el porche mirandome y sonriendo. Ahí me sente como una tonta niña mimada y entré rapidamente al coche.

La noche fue, bien. A mi las discotecas no me gustan, pero me aguanté. Hasta que mis pies no aguantaban más. La discoteca tenía una gran azotea y me subí para descansar. Sin darme cuenta de que había un chico borracho.
-         Anda, guapa vienes a hacerme compañía?
-         ¿Que dices tio?- solo queria salir de allí, pero me atrapó, me cogió de las manos e intentaba meterme la lengua hasta la campanilla, yo me resistia pero era fuerte y cada vez me costaba más hasta que apareció Peter.
-         ¿Que coño te crees que hace?- dijo apartandome de sus brazos y llevandome a él.
-         Perdona, no sabia que tenias novio.
-         Pues te equivocas.
Me quedé imovil mientras Peter me llevaba hacía la salida. Cuando estuvimos fuera tuve fuerza como para:
-         ¿Que te crees que haces?- le dije enfadada.
-         Slvarte de ese idiota- me dijo sorprendido y cabreado a la vez.
-         ¡Puedo cuidarme sola!
-         Si, ya lo he visto.
-         No tienes derecho a que me llamen “ tu novia”.
Eso creo que le molestó, ya que añadió:
-         Vale, tranquila, no te preocupes.- y se fué.
Me sentía mal, solo quería irme de allí. Le pedí a Bruno que me llevará a casa.
-         ¿Por que?
-         Solo quiero irme Bruno, por favor.
-         Esta bien.
De camino a casa Bruno intentó sacarme el porque queria irme de allí, simplemente le dije que se preocupara de Peter, no quería que le pasara nada y ese chico de la azotea se fue bastante enfadado.
-         De acuerdo, pero me tendras que contar el porque.
-         Te prometo que te lo contaré, pero hoy no, te lo pido.- le dije, y sabia que mis promesas las cumplo y me dejó en casa.

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